Muchos de ustedes se preguntarán, ¿cómo traducimos la Biblia?
Una vez el equipo ya está establecido, todo el proceso de traducción bíblica se puede resumir en estos pasos:
- El equipo nativo traduce del guaraní o del español a su lengua, siendo esto el borrador inicial.
- El facilitador hace la primera corrección con el equipo.
- Personas fuera del equipo vuelven a traducir al español el texto traducido, proceso al cual le llamamos “retrotraducción”.
- Ese texto retrotraducido se entrega a un exégeta certificado internacionalmente.
- El exégeta y/o consultor bíblico** envían sugerencias de mejoras al equipo de forma virtual. Normalmente el consultor y exégeta no hablan el idioma nativo, por eso es importante hacer bien el paso anterior de la retrotraducción.
- El equipo responde a las sugerencias.
- Se hace prueba de comunidad, donde se observa si la gente comprende o no la traducción. Mayormente hay sugerencias de los que mejor manejan el idioma de la comunidad.
- El consultor bíblico se reúne con el equipo para pulir el texto.
- Se aprueban los libros para imprimir.
- Se hace la edición (revisión de ortografía, puntuación, lista de palabras, vocablos bíblicos, notas al pie, pasajes paralelos, entre otros)
- Se deciden los temas editoriales (si el texto irá en dos columnas, con dibujos, mapas, glosarios, etc.)
- Se imprime y se hace la dedicación en la comunidad.
Hay que tener en cuenta que este es un proceso que toma años. Hoy día, con la ayuda de la tecnología y diferentes recursos, un Nuevo Testamento puede tardarse entre 10-14 años. Por tanto, la ceremonia de dedicación es el clímax simbólico de este largo proceso, pues la comunidad recibe la palabra de Dios traducida en su idioma. Sin embargo, esto es solo el 50% del trabajo, pues el otro 50% viene a ser el Uso de Escritura, el cual se hace paralelo a la traducción.
**El consultor bíblico es la persona capacitada en los idiomas bíblicos que normalmente analiza, corrige y da su aprobación a la traducción antes de publicarla.**