La traducción de la Biblia es un punto de partida de los pueblos en su camino hacia Dios, y ese camino se llama Uso de Escrituras.
Cuando usamos este concepto básicamente nos referimos a la tarea de hacer iglesia con los pueblos nativos. No queremos simplemente traducirles la palabra de Dios, queremos enseñarles a usarla correctamente para que tenga un impacto de bienestar integral en la comunidad. Para dicha tarea, trabajamos en colaboración con misioneros de campo que están dispuestos a aprender el idioma nativo para enseñarles a hacer iglesia desde la perspectiva bíblica.
Se les fomenta usar la Biblia (o porciones) que ya ha sido traducida a su propio idioma a través de la memorización de versículos, enseñanzas de los términos bíblicos, entre otros. Lo ideal es que esto se lleve a cabo desde el comienzo del proceso de traducción bíblica y no esperar a que termine, pues de esta manera se va viendo cómo la comunidad recibe los pasajes y de esto van surgiendo varias correcciones que ellos mismos señalan, enseñándonos ciertos fenómenos lingüísticos que no se captan por sí solos.
Actualmente, LETRA Paraguay trabaja en alianza con dos equipos que visitan a las comunidades nativas para esta tarea. Uno de ellos es el Equipo JAHA, un equipo integrado mayormente por jóvenes paraguayos de diferentes iglesias. Ellos trabajan con las etnias Aché, Toba Maskoy y últimamente también con etnias nativas alrededor del Departamento Central.
Lo interesante de estas personas es que cada uno tiene trabajos y estudios en la semana, pero donan su tiempo, dinero y esfuerzo para visitar las comunidades los fines de semana. De la misma manera, está el otro equipo conformado por integrantes del ministerio transcultural de Palabra de Vida, quienes también animan a jóvenes y a todo el que quiera sumarse a este trabajo con la etnia Guaraní Ñandeva en el Chaco Paraguayo.
Sin embargo, la idea y la estrategia del uso de Escrituras es que, paulatinamente, este rol se siga haciendo por los líderes de la comunidad, y nosotros quedar como espectadores, acompañándolos y considerándolos como personas adultas, dejando el paternalismo que tanto mal ha hecho a nuestros hermanos nativos. Como dice la Palabra, “la verdad os hará libres”, no nosotros. Nuestro sueño es que los jóvenes se preparen aun teológicamente para enseñar a otros.